viernes, 28 de septiembre de 2012

Como en casa...

¡Hola! cuánto tiempo sin escribir, entre unas cosas y otras no he tenido tiempo, pero lo retomaré.

Hoy voy a hablar de las mudanzas, he descubierto que las odio con toda mi alma. Mover una casa es pesado, pero mover la de una chica como yo es más duro aún. Cuando empiezo a sacar las cosas de los armarios y a meter todo en cajas, es para pensar que de vieja voy a tener síndrome de Diógenes ¿Cómo se pueden acumular tantas cosas? y lo peor... ¡Tan necesarias!  

Llega un momento en el que conforme se van acumulando cajas y tú mentalmente vas calculando el espacio disponible en el coche te empiezas a plantear que igual (.....iguaaal) tienes que ir soltando lastre. Así que empiezas a poner bolsas "para tirar" , llenándolas con las cosas que no veías en siglos y otras que, sin estar muy decidida, las metes en el agujero negro. Luego viene lo peor: cosas sueltas, cosas que no sabes qué hacer con ellas, cosas que no te vas a poder llevar... cosas... cosas y más cosas que no dejan de salir de los armarios.

Tras el replegar el campamento ahora llega la segunda fase, sube todo al coche, así que empieza "EL JUEGO DEL TETRIS"  que termina siendo "A ESPACHURAR!" y carretera, más cargada que la burra que iba a Belén. Aunque, lo peor está por llegar, porque una vez que llegas después de 4 horas de coche toca...¡¡suuuuuuubir todas las cajas!! que cuando hay ascensor, vale, pero cuando te toca un tercero sin ascensor jode, mucho.

Por fin todo en casa, te vas dormir pensando que si eso mañana ya pondrás todo en su sitio... o dentro de un mes... 

Pues así llevo yo todo el verano, con cajas de aquí o allí, haciendo tres mudanzas en el trayecto Cáceres-Alicante ... Así que puedo decir que...


¡¡¡YO NO ME QUIERO MUDAR MÁS!!!





..Por ahora...